Chistes cortos

chistes cortos¿No te gustan los chistes largos que tienes que aprender un montón? ¿Te gustan más los chistes cortos que son mucho más rápidos de contar? Pues te dejamos con un montón de chistes cortos para que te los aprendas y puedas contarlos todos a tus amigos.

Como verás los hemos preparado de los temas más variados, para que tengas chistes para contárselos a todo el mundo. Para empezar os haremos una serie de preguntas graciosas que podéis hacerles a vuestros amigos. Si te quedas con ganas de más aquí tienes otra buena tanda de ellas.

– ¿Qué le dice una pulga a un calvo?

– ¡No te agaches que me resbalo!

 

– ¿Por qué los perros llevan los huesos en la boca?

– Porque no tienen bolsillos.

 

– ¿Qué le dice un chinche a una chinche?

– Te amo “chincheramente”.

 

– ¿Cuál es el animal más fuerte?

– El hormigón.

Y ahora salen los animales a la palestra, hablemos de ellos en chistes, ¿os parece? Aquí os dejamos una pequeña selección de chistes cortos de animales muy divertidos.

– Oye, lo siento mucho pero mi gato ha matado a tu perro.

– Pero… ¡¡si mi perro es un Rottweiler, cómo lo va a matar!!

– Ya, pero es que mi gato es hidráulico.

 

– ¿Qué le dice un jaguar a otro jaguar?

– ¡Jaguar you!

 

– ¿Porque los elefantes no pueden chatear?

– Porque le tienen miedo al ratón.

 

Un gato ahogándose en el río diciendo: “miaogo,miaogo”.

Y pasa una gallina y dice: “kikirikiaga, kikirikiaga”.

Si el gato hubiera aprendido a pronunciar mejor recitando trabalenguas puede que le hubiera ido mejor. Por cierto, ¿os imagináis a un gato diciendo un destrabalenguas? Eso también es muy gracioso, ¿verdad? Si lo hiciera seguro que los saca de la siguiente web. Y para terminar contaremos un montón de chistes de lo más variado:

– Mi vida, dime una palabra con amor.

– Amorfo, Juan, que eres amorfo.

 

– ¿Por qué se suicidó el libro de matemáticas?

– Porque tenía muchos problemas.

 

– ¿Por qué los de Lepe ponen tres antenas en la televisión?

– Para ver Antena 3.

 

En la consulta dice el doctor:

-Me temo que tiene usted la enfermedad de Tuner.

– ¿Y eso es grave, doctor?

-Todavía no lo sabemos Sr. Tuner.

 

En un bar:

– Camarero, ¿me pone una tortilla?

– ¿Francesa o española?

– ¡¡Qué más da!! Voy a comérmela, no a hablar con ella.